Tres volantes le hicieron la vida imposible al argentino. No le pegaron, lo presionaron. Los responsables de esa labor fueron Lobatón y Ballón
Lionel Messi es el ‘9’ del Barcelona. Aunque algunos prefieren llamarlo falso ‘9’. En Argentina, en cambio, la ‘Pulga’ retrocede unos metros, se aleja del área. El ‘10’ juega de ‘10’, en la zona medular del campo, cada vez que la albiceleste lo envuelve. Esto ha pedido del entrenador Alejandro Sabella, claro. El talentoso rosarino, de 1.69 metros, siente la necesidad de manejar los hilos de su selección. Cuando lo ubicaban de punta, en el área, Messi perdía protagonismo, no tenía contacto con el balón. Y es que en su selección no tiene el pase perfecto de Xavi o Iniesta. Por ese motivo Messi retrocedió para dejar a Higuaín, Lavezzi o Agüero como arietes. Y así ha jugado durante toda las Eliminatorias: de ‘10’.
En esa posición llegó Messi al Perú. Específicamente al Nacional de Lima. El rival era la selección de Markarián. Antes del partido y apenas sonó el pitazo inicial del colombiano Wilmar Roldán, don Sergio realizó un dibujo táctico para frenar al ’10’ del Barcelona. Aquella noche del 11 de setiembre del 2012 Perú alineó un sistema 4-3-3. Del once que saltó a la cancha, Juan Manuel Vargas no estaba por lesión y Paolo Guerrero estaba en la banca de suplentes. Claudio Pizarro era el único centro delantero y André Carrillo y Jefferson Farfán fueron los extremos.
En el mediocampo, y para frenar a Messi, el ‘Mago’ optó por colocar a Luis Ramírez, Carlos Lobatón y Rinaldo Cruzado. Fue el hombre de Cristal quien recibió la tarea más difícil: marcar en zona a Lionel.